viernes, 8 de marzo de 2013

Regina, Wert y el precio de los libros, o cómo todos pueden ser los malos de la historia

Estimados lectores, hoy, para compensar la alegría que me embarga por esos primeros rayos de sol, que me hacen despertar de mi estado de pseudohibernación de los últimos meses,  les voy a contar una historia llena de personajes malvados. Por lo tanto, si creen que no van a poder soportar el nivel de oscuridad de los distintos protagonistas (y la posible longitud del post, puesto que me encuentro inspirada de mala manera), ruego que dejen de leer y se pongan a ver Heidi, La Abeja Maya o similares.



La historia, basada en hechos reales, comenzó un otoño de hace un par de años, y culminó hace unos meses, al final de las Navidades.

Los lectores seguramente habrán experimentado alguna vez lo retorcidos y malvados que son los idiomas: si no los practicas, se te van olvidando, gastándose en las neuronas y cubriéndose de polvo por falta de uso, de forma que cuando los intentas utilizar las personas alrededor pueden oír claramente las neuronas oxidadas tratando de activarse. 

Por otro lado, hace ya bastante tiempo, ocurrió un hecho que "todos" estábamos esperando (desafortunadamente no es la dimisión de nuestro "bienamado" Wert, o descubrir que se ha convertido mágicamente en pelota de playa. Para eso habrá que esperar mucho, o puede que hasta el apocalipsis llegue antes, y a las ranas les salga pelo). 

Ya te puedes quedar sentada esperando chata
Volviendo al tema, el hecho al que me refiero es la llegada de Amazon a España. ¿Qué por qué es un hecho que estábamos todos esperando? No creo ni que se atrevan a preguntarlo. Como bien dice la Biblia "No sólo de Bookdepository vive el hombre, sino de todo website que ofrezca precios atractivos y pocos gastos de envío". He aquí la oportunidad esperada. Aunque Booky tiene una gran cantidad de libros, no es todopoderoso, y se queda algo corto si nos salimos del idioma británico. 

Aquí entra en escena una malvada y joven lectora, cansada de sentirse el robot de hojalata del mago de oz cada vez que tenía que hablar en el idioma de los crêps y las baguettes, con sus neuronas compitiendo con las bisagras de las puertas por hacerse oír cuando lo intentaba.

Yeee... maaapel....Regina...Tgé biaan! :D
Dicha lectora, por otra parte, llevaba tiempo esperando a que sacaran una saga que tenía muchísimas ganas de leer en formato de bolsillo, o al menos más asequible que los 17-20 € por tomo que ofrecían desde tiempos inmemoriales (y oye, la colección costaba de unos cuantos). Dando por terminada sus esperanzas de que tal cosa ocurriera, y ante la euforia de tener Amazon en casa, sin casi gastos de envío, se puso a mirar entre sus páginas si tales libros estarían disponibles en otro idioma. ¿Y qué fue lo que pasó? ¡Que vio tales libros, en el idioma de los crêps! ¡Oh sexy acento francés, que haces que se cumplan sus esperanzas de poder leer y almacenar los libros!. No sólo estaban en formato de bolsillo, sino que, aprovechando el estreno de la web, y que debido a la ley del precio fijo sólo podían rebajar los libros en castellano un 5%, ¡¡los libros tenían un precio fantástico!! Así que, ni corta ni perezosa, esta malvada lectora cogió todos los libros de la saga disponible (faltaban algunos por convertir a tan magnífico formato, pero ya les llegaría la hora). 


Volviendo a tiempos más recientes, como decía antes, a finales de Navidades, esta malvada lectora de nuestra historia completó la colección: podría por fin terminar de leer las aventuras que tanto tiempo había estado esperando. 

He aquí que nuestra lectora tiene presencia en algunas redes sociales, así que publicó, muy alegremente, cómo había completado su adquisición, incluyendo foto del preciado botín (no, el banquero no).

Pos es que ya tengo todos los libros
¿Y qué pasó después? Que en las redes sociales hay mil ojos de Sauron que todo lo ven, y fíjate tú,   que la malvada editorial española que había editado esos libros, esa que tantas veces había esperado  la malvada lectora que editara los libros a un precio más amigable para estudiantes (o student-friendly, que suena mejor), lo vio y ¡¡¡le contestó!!! *Banda sonora acorde al momento* 

En lugar del Monte del Destino imagínen un pajarito azul

Pero no os asustéis queridos lectores, ni hay sangre ni palabras malsonantes. Sencillamente, la editorial se limitó a comentar cómo la versión de los libros que ella había adquirido se encontraba hechizada con una malvada traducción! Omg, ¿qué has hecho, pobre y malvada lectora, que no has comprado los libros con la cuidadísima traducción y la pérdida considerable de ahorros que supondría haber cogido la edición en castellano?


¿Cómo termina la historia? Pues señores, felizmente, a pesar de tanta "maldad". ¿Por qué? Porque la malvada lectora está disfrutando de la historia, avanzando a un ritmo más lento pero aprendiendo mucho vocabulario y gramática, teniendo los libros en un formato más manejable y edición lo suficientemente decente, y bueno, si la traducción es tan mala, al menos ella no lo nota. Tendrá que aprender el idioma original de los libros algún día para poder juzgarlo. 

Bonjour, je m'appelle Regina. Et toi, comment tu t'appelles?
La malvada editorial sigue feliz, obteniendo beneficios y editando hermosos libros a precios demasiado elevados como para que todo el mundo se decida a comprarlos, pero bueno, ya sabemos dónde andamos y cómo está el mercado literario. 

Y los franceses, siguen felices comiendo crêpes, llevando boinas y bigotines, y utilizando palabras como rififi o brouhaha para deleite y risa de los aprendices del idioma.

Moraleja: No quiero mencionar nombres de ningún tipo, puesto que más que nada me apetecía darle rienda suelta a mi vena literaria y tenía ganas de desvariar un rato, tan sólo fue un evento que me llamó bastante la atención. Lo que sí me gustaría hacer llegar es, una vez más, el elevado precio de los libros que tenemos en castellano y los múltiples beneficios, no sólo económicos, que conlleva aprovechar las ediciones existentes en otros idiomas. 

Dicho esto, happy reading y schönes Wochenende!

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